LA SÁTIRA POLÍTICA

Publicado en: Los Tiempos el 14/02/2018

La base de todo emprendimiento social es, en esencia, el cuestionamiento, tanto a la naturaleza (el cómo y el porqué de las cosas y fenómenos) como a las personas (el cómo y el porqué de sus actitudes, ideologías, procedimientos, etc.). Esto parece no haber sido bien percibido ni por el Estado y peor por un sistema educativo empeñado sólo en transferir paquetes pre-procesados, convirtiendo a los educandos en meros "consumidores” acríticos de datos, incapaces de repensar, reajustar y optimizar todo lo que se haga, diga o piense, ingresando en desventaja a un mundo diseñado para la excelencia y la innovación. Se generan así sociedades conservadoras, intolerantes y poco competitivas, cuyo escaso sentido autocrítico puede ser medido de muchas formas, pero ninguna tan certera y divertida que la del humor, especialmente el político, tan incómodo para el poder como eficaz y festivo para las masas populares.

Un repaso al TV-Guía nos permite ver que una gran parte de las sátiras televisivas de fuerte contenido crítico social y político se concentra en el mundo occidental. Es el caso P.E. de Los Simpson, Family Guy (Hombre de familia), American Dad (Padre americano) o el inquietante South park (Parque del sur), todas con diferentes niveles de mofa al “american way of life” en sus diferentes facetas, unas veces sutil y otras francamente grosera, pero sin provocar reacciones desmedidas en los múltiples sujetos del poder político, económico y/o cultural circunstancialmente involucrados. En el ámbito europeo tenemos al agudísimo Les Guignols de l’Info, irreverentes muñecos que, inspirados en sus homólogos del programa inglés Spitting Image, describen con sorna los pormenores de la vida política francesa

Estas formas de vincular humor y política se trasladaron posteriormente a otros países, como un fenómeno propio de sociedades saludablemente autocríticas, capaces de usar la comedia como una forma de concienciación colectiva acerca de sus propios defectos.

En el ámbito nacional destacan, entre otros, el hoy descontinuado show televisivo Esta Boca es Mía y el aún vigente programa radial Confidencias, emitido por radio Panamericana, cuyos contenidos reflejan un muy fino sentido del humor político y, lo mejor, con una identidad muy propia, muy boliviana. Que este tipo de manifestaciones artístico periodísticas subsista a través del tiempo es, sin duda, una muy buena noticia, y lo es aún más que la clase política nacional tolere y asimile de buen talante sus geniales ocurrencias.

Otra es la realidad de las sociedades que discurren cautivas en fundamentalismos de distinto cuño, sin espacio para el disenso y peor para el humor crítico, frente a los que reaccionan con violencia extrema, tan mojigatas e intolerantes como hipersensibles a la burla, sea porque nunca lograron integrar en su cultura la lógica de la auto-evaluación o por simple ignorancia y ciega negación a la finesa implícita en la ironía. Baste recordar el atentado a la revista francesa Charlie Hebdo en 2015, un dato que no es menor para nosotros, pues en determinados niveles aún persistimos en cohabitar con los viejos fantasmas de la intolerancia y la ranciedad.

Bien lo demostramos, P.E., al lapidar públicamente al Grillo Villegas por haberse atrevido a cuestionar en su momento la representación folklórica nacional en Viña del Mar[1] o la frecuente defenestración de publicaciones “de alasitas” en reconocidos periódicos de circulación nacional (algo subidas de tono, por cierto), además de la desaprobación de algunas excelentes pero incomprendidas coplas de nuestro carnaval. Esto se ve incluso en muchos de los denominados movimientos progresistas, desde los animalistas hasta los feministas, que suelen echar mano, con más frecuencia de la deseada, de mecanismos bastante violentos e intolerantes para manifestar su descontento.

Son las colectividades autocríticas las que gozan de mejores condiciones para superar autónomamente sus deficiencias, más seguras de sí mismas, cohesionadas, abiertas y tolerantes, capaces de auto-cuestionarse individual y grupalmente e incluso mofarse de sí mismas, dejando su amor propio intacto. Suelen ser, por ello, comparativamente más competitivas, prósperas y desenfadadas.


Comentarios

  1. Me gustaría que hagas un analisis, del sistema impositivo vs desempleo por Coronavirus, algo que contribuya y oriente a los ignorantes de gobierno

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  2. Siempre he pensado que una salida justa es la de establecer la figura del "trabajador por cuenta propia", un trabajador independiente que pueda descargar impuestos con todo tipo de facturas. Esa seria una excelente forma de apoyar y regularizar a un montón de gente.

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